Video de boda. De Villava a Argentina.
Video de boda. Si. De verdad de la buena. No de la mala. Las verdades malas no bebería existir. Patricia y Matías se casaron en el Hotel Don Carlos de verdad. De la buena también. Y eso lo puedo confirmar. Porque si. Se nota.
Ayer en una conversación informal me preguntaron por una tema al que he dado vuelta varias veces. ¿Basándome en mi experiencia realizando videos de boda sería capaz de valorar si una pareja tiene futuro en su relación? La respuesta fue clara, sencilla y contundente. Fue un «si» como una catedral de grande.
El dia de la boda, mientras los invitados se dedican a disfrutar yo me dedico a mirar desde fuera. Si. Si. Me río. Me implico. Confraternizo (he tenido que reescribir esta palabra tres veces hasta que ha salido bien). Pero sobre todo, observo. Y observando se ve mucho. No quiero decir con esto que si te dedicas a observar no hace falta que lleves las gafas. No. No confundir. Me refiero a que se ven cosas, detalles, miradas que a primera vista pasan desapercibidas. Si estás atento verás esa mirada de complicidad. Ese apretón de manos cariñoso. Esa sonrisa pícara. Todo eso, son señales. Nada que ver con las de tráfico. Son mucho mas sutiles. Mas discretas. Ahí es, en esos momentos puedes percibir si esa pareja tiene ese «algo», ese «nosequé».
A Patricia y Matías se les veía desde lejos. Desde Argentina. Desde donde vino Matías a conocer a Patricia. Flechazo a primera vista. Bien jóvenes empezaron. Y ahí estaban el sábado. Mostrando lo que sienten a todo el que quería verlo. Y si alguno en vez de ver, lo que quería era observar, pues también. Ese era yo. Es una pareja que pinta muy bien. Por eso dije un «si» como una catedral a la pregunta. Seguramente esta respuesta no sea una verdad de la buena. Será de la mala. ¿Cómo voy a saber yo si una pareja sobrevivirá al tiempo? Eso es imposible. Pero, ¿y lo bien que quedé con la respuesta? ¿eh? Pues eso. Que me quiten lo bailao. Un tango.