Empezar de nuevo.

O como diría aquella histórica película de José Luis Garci. Volver a empezar. Nunca la vi. Pero es parte de mis recuerdos de aquella noche de los Oscar. Me voy a centrar en contar lo que debo que me voy por los cerros de Úbeda. Y tampoco los conozco ni se donde están. Pero a menudo voy para allí. Empezar de nuevo. ¿Porqué digo esto?. Por que llevo mucho tiempo en este mundillo. Años. Bastantes. Pero este 2018 me encuentro con que tras pasar los últimos años en Pixelart Creativos, ha llegado la hora de volar solo. Es el momento de que la gente me conozca por mi nombre. Es bastante difícil este paso que he decidido a dar. Pero en esta vida hay que mirar adelante. No conviene mirar atrás. Puede ser peligroso dependiendo de donde te encuentres. Una farola imprevista puede hacer bastante daño.
Estos últimos años trabajando junto a Gorka han dado para mucho. Hemos conocido muchísimas parejas. Hemos hecho amigos. Hemos conocido gente maravillosa y lugares espectaculares. Y sobre todo, hemos trabajado mucho y muy duro. Y esto mismo es lo que me propongo ahora. Trabajar duro. Ser serio, responsable, profesional y muy implicado en todos y cada uno de los proyectos que me confíen. Y sobre todo dejarme llevar por lo que siento en cada trabajo. Si algo me emociona a mi, debe emocionar al que vea el resultado. Si me he reído me gusta hacer reír y si he llorado me gusta hacer llorar. Ponerle sentimiento a los videos de boda es una marca personal. Si. Ya se que todos los que nos dedicamos a esto de los video de boda hablamos de sentimientos, emociones y recuerdos. A veces se dice tanto y de una manera tan poco sincera, que estamos acabando con el verdadero significado de las palabras. Yo no hago los videos mas románticos, ni los mas sentimentales ni los mas entrañables. Yo hago los videos que me salen de dentro. Es la única forma que tengo de describiros el tipo de trabajo que ofrezco. Videos con mucho sentimiento. El mío. Así que arranco. A ver que pasa.